Hay personas que brillan por su talento, y otras sencillamente brillan por ser como son, naturales, simples, alegres, desinhibidos, pero solemos ver solo esa parte de un individuo, pero hay muchas caras en las personas, somos como las cebollas, tenemos mil caras, pero solo ven nuestra cáscara, nadie se toma el tiempo de llegar hasta la ultima capa, el brillo nos ciega, no nos deja ver lo que realmente hay, la gente que brilla tiene tanta luz que es imposible mirarlas y verlas, no se puede mirar al sol si tapamos con la mano su brillo, creemos que sin el brillo el sol no es sol, sin darnos cuenta, que el sol esta siempre, pero no lo vemos de noche porque no brilla y lo que no brilla no nos atrae, pero esta, esta escondido en la oscuridad, porque sabe que sin su brillo no lo conocemos, no nos deslumbra, no nos interesa y tampoco quiere que lo veamos sin luz. Pero quien tiene la culpa el sol con su vanidad o nosotros con nuestra superficialidad para ver las cosas. Hay una sita en la Biblia que dice: Bendito los que creen sin ver, ver y creer es fácil, resulta bastante dificil confiar en lo que nos dicen creo que es un mal de nuestros tiempos, quizás porque nos quieren meter la idea de que no se puede confiar en nadie, o la imagen que nos crean ya desde chiquitos cuando nos dicen no hables con desconocidos, es lógico que lo hacen para cuidarnos pero con cada una de las ideas que nos dan la gente mas cercana, vamos creando a la persona que después mas adelante vamos a ser, y nos transformamos en una versión quizás mejorada, quizás no, a la imagen de nuestros padres y de la gente que nos rodea, creyendo que la única verdad es la que nos hicieron creer de pequeños y asi vamos rechazando a quienes nos parecen distintos, a quienes no comparten nuestras ideas, a los que ven las cosas desde otra perspectiva.
sábado, 30 de mayo de 2009
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